Fobia
Están por todas partes. No me dejan tranquilo. Están por toda la casa, sobre las cajas, entre las cuentas por pagar, en los utensilios de limpieza, en la ropa, no escapo de ellos ni en Internet ni en el celular. Me abordan en la calle, en las paredes, en los postes, esperando el bus y dentro de él. Si trato de evitar su aturdidor acoso mirando por la ventana, allí están también. ¿Cuánto dinero costará mantener los árboles de la autopista a baja altura sólo para que los pasajeros alcancen a ver los avisos que sobresalen en sus costados? Soy publifóbico , y apenas ahora soy consciente de ello. Estoy harto de ser bombardeado diariamente por cientos y cientos de avisos. En mí crece la paranoia de pensar que todo está controlado por los dueños de la publicidad. Que toda mi vida está planeada de tal forma que ahora pueda consumir con el gusto de la nostalgia los productos con cuyas propagandas crecí de niño. "Lo que no somos capaces de cambiar debemos por lo menos describirlo" - ...