Mecánica Celeste
Hoy me he descubierto hereje, candidato para el santo oficio, seré condenado, ciego y perdido, torturado y humillado. Aunque Newton y Copérnico se rian de mis resultados infantiles, de mi rigor científico afectado por tus besos, declaro lo que creo cierto: Que la fuerza de tu cuerpo... tu gravedad, provoca en mi sangre mareas equinocciales, confusión de órbitas, perturbaciones astrofísicas. Que la fuerza de tu cuerpo... tu gravedad, expande mi universo más allá de agujeros negros, sin cometas efímeros, sin asteroides apocalípticos. Que mi nueva teoría desafía todo lo conocido, que no es la tierra la que gira, ni el sol, ni los astros, sino todo mi mundo alrededor de ti, en el vacío universo, con espacio y sin tiempo. Junio 30/08