Alerios vs Agutierrez
De niño siempre quise aprender a jugar Ajedrez, y lo eché al olvido como tantas otras cosas. Cuando estaba todavía en la escuela primaria, mis Papás me regalaron un juego de madera, que poco a poco se fue convirtiendo en un ruidoso corazón delator, latiendo una y otra vez en un rincón de mi cuarto, recordándome que lo había dejado cubriéndose de polvo y que algún día debía rescatarlo y honrar la función para la cual fue diseñado. Ese día llegó a principios del pasado mes de Diciembre. Entré a una papelería a comprar aceite de linaza y trementina para las clases de pintura que estoy tomando y me topé de frente con un libro titulado "Ajedrez para Dummies", y me dije: «qué diablos, hasta de pronto este libro me ayude a aprender lo básico y luego podré leerme el libro viejo que tengo en la casa y que hasta ahora ha parecido demasiado avanzado para mi». Y así fue, me leí el dichoso librito y ahora estoy contento jugando con una de mis socias en la empresa (Agutierrez) cuando n